Datos personales

Mi foto
Pensiero stupendo.

sobre el título del blog...

No eran tres pulseras de bisutería comunes. El ruido era agudo, felino, punzante. Se metía en lo más hondo de mis oídos, viajaba hasta mi pecho y allí explotaba, dejándome sin respiración. Cada vez que escuchaba el ruido de aquellas tres pulseras de bisutería chocando entre sí en la pálida y fina muñeca de aquella mujer, mi corazón daba un vuelco y me preparaba para lo peor. Podía estar lejos, muy lejos, que yo la reconocía por el simple tintineo de aquellos abalorios.

domingo, 25 de noviembre de 2012

rELATO DE MADRUGADA

Lucía agarra bruscamente a François del brazo. Como si la vida le fuera en ello. Lo ha visto de repente bajo la tenue luz del concierto. Cuando François se gira hacia Lucía y se da cuenta de que es ella, palidece. Evidentemente, no esperaba encontrársela allá. Se quedan un momento paralizados, ella con su mano agarrada como un ave de presa a su brazo. Él con el brazo inmovilizado, no por ella, sino por la situación. No dicen nada. Permanecen allá, sin decir nada. Recuerdan la última vez. Tensión. Mucha tensión. Lucía le interroga con su mirada, sus ojos negros brillantes como luceros envueltos en pestañas. Lucía ni siquiera parpadea. Tuerce un poco la boca en forma de sonrisa. Lo justo para que la mueca describa un "¿qué haces aquí?". La sorpresa en los ojos de François pregunta lo mismo. Sin embargo, los dos obvian esa cuestión y de sus labios sólo sale un falso pero alegre "¿Qué tal?". Con falso, nos referimos a que si realmente les hubiera interesado saber el uno del otro, se hubieran llamado en algún momento en los últimos cuatro meses. Cuando François responde "muy bien" con su acento francés, también responde (aunque sin decirlo) aquello que ella sabe y que él sabe que ella sabe. Y no porque se lo haya dicho él, porque la relación se acabó sin hablar. Un buen día, ella se levantó y ya jamás volvió a saber de él. Lo que supo, lo supo de oídas. Entonces, cuando François responde "muy bien", ella sabe que él sabe que ella sabe que él volvió con ELLA. Y como volvió con ELLA, ella ya jamás volvió a saber de él. Hasta el día del concierto. François continúa con un nuevo falso "¿Y tú?". Decimos falso porque si realmente le importara, jamás habría desaparecido sin dar una explicación. Ella miente y dice "muy bien, también, gracias". Y siguen inmóviles. La tensión aumenta mientras se siguen escrutando el uno en la mirada del otro. ¿Qué más información pueden robarse sólo con la mirada? "¿Se alegra de verme?, ¿Todavía siente algo por mí?, ¿Se arrepiente de lo que hizo?, ¿Me está pidiendo perdón?, ¿Me está pidiendo alguna explicación?". Y mientras siguen observándose, ella desvía la mirada hacia los labios de François. Tiene tantas ganas de besarle como la última vez. Se esfuerza en no hacerlo. La música ahora es una simple melodía de fondo. Todavía con su mano agarrando el brazo de François, Lucía piensa en mil cosas a la vez en aquel microsegundo que más tarde recordará como una eternidad. Y mientras sigue enganchada en la mirada opaca y profunda de François, en esa mirada que recoge una nariz perfectamente francesa, piensa, por ejemplo: "aquí, en estos pequeños instantes es cuando te lo juegas todo. Volver a verle o no solamente depende de lo que diga o de lo que me calle. Es ahora el todo o nada. ¡Qué responsabilidad!". Y la tensión del momento, las ganas de besarle, el saber que no puede porque ya no le está permitido, el no saber qué hacer y el querer hacerlo todo, hacen brotar de entre sus labios un "Encantada de volver a verte, que te vaya muy bien". Y sus piernas se ponen en marcha solas, sin que ella lo quiera. Camina muy deprisa pero a ella le parece estar caminando muy lentamente. En realidad quiere desaparecer pero también quiere que ahora sea él quien la agarre del brazo por detrás, como en las películas. Y camina deprisa porque sabe que eso no va a pasar pero todavía tiene esperanza y no quiere perderla. Quiere desaparecer lo más rápido posible y pensar que si él no la agarra por la espalda es porque ella se ha ido demasiado deprisa y él no ha tenido tiempo de frenarla, no quiere pensar que en realidad si él no la frena es porque realmente no quiere. Y, un momento después, Lucía está tan lejos en el tiempo y en la distancia de aquel microsegundo, que vuelve a la realidad. Se da cuenta de que lleva dos minutos en apnea. Y ahora ya solamente quiere respirar y esperar en un rincón a que él aparezca. Y como nunca va a aparecer, ella siempre va a pensar "me fui demasiado rápido".

uNA CENA PARA LOS DOS


Había pensado en una cena para los dos, en agosto. Una cena a la luz de las velas, con los grandes ventanales abiertos para que entrara un poco de corriente en la casa y sofocara el insoportable calor de Barcelona. Lo tenía todo pensado. Ab
riría el sofá para convertirlo en cama doble. Compraría algo de comida exótica, excepto tofu porque la última vez se le pudrió en la nevera esperando. Con aquella espera, un poco de su corazón también se pudrió, pero ahora no vamos a hablar de eso porque no vale la pena recordarlo. 
Sabía qué música escucharían y qué ropa vestiría aquella noche de agosto. Lo tenía todo pensado, sabía los temas de conversación, las risas, los besos e incluso había programado las caricias. Todo lo tenía pensado. Como cuando escribes el guión de una película. En este caso, pudimos verla escribiendo el guión de su vida. Olvidose de la realidad por completo. Olvidose que en la vida real, el tofu siempre se pudre en la nevera, sólo que en este caso no se pudrió el tofu, sino su corazón entero porque pasó todo julio programando una noche de agosto. Y pasó todo agosto esperando que sucediera. Y hoy ya es noviembre.

mE ESCAPO

Voy a escapar de la posibilidad de abrir la puerta de cualquier bar y encontrarte sentado en la penumbra con ella, riendo, mientras te llevas ese vaso de cerveza a la boca. El cinismo se ha apoderado de todos nosotros: tú te quedas, ella viene y yo me escapo. Aunque sé que volverás como vuelven todos: arrepentidos, miserables, desgraciados.

eL NORTE

Salir del metro cargada con dos maletas, una a cada mano, y aparecer en una gran avenida desconocida. Una bocanada de aire frío me congela la cara y pienso "joder, el norte". Y se me caen unas lagrimillas por todo lo que dejo atrás. Y mient
ras intento recobrar la visión en mis ojos ahora vidriosos, dejo las maletas en el suelo, meto la mano en el bolsillo derecho de mi abrigo y saco un mapa. Localizo mi calle, por ejemplo: Summter Strasse; Berlín. O también podría ser Fridhemsgatan, Estocolmo. O lejos, más lejos aún. Donde la soga al cuello del Sur ya no me apriete tanto. :'(

tHE LOVE


¿Cómo se puede compartir lo más íntimo de ti y de tu cuerpo con alguien y luego desaparecer como si nada? ¿Qué tipo de crueldad se adueña de la mente de alguien como para inducirle a aprovecharse del cuerpo de otro/a para su propio benefici
o/placer y luego marcharse sin remordimientos? Estamos en una era terrible para el amor. Estamos reduciendo el amor al sexo y el sexo al fastfood: La McDonalización del amor. Terrible. 

Firmado: The Love Movement

iNSOPORTABLE

Sabremos la verdad sobre nosotros mismos cuando ya sea demasiado tarde. Como dijo Kundera, no hay una vida de ensayo sobre la que poder errar para luego acertar en la misma situación. La vida es fugaz, es leve, es insoportable. La insoportable levedad del ser.

tUS OJOS. cOMO MANDALAS

No es por ti. Ni por mí. Ni por nada ni nadie en particular. Ni por nada ni nadie en general. Todo es por la naturaleza de las cosas o, al menos, por cómo dijo alguien que tenían que ser. Y así hacemos que sean. No es por ti. Es por mí cont
igo. O por ti conmigo. O por cómo ha sido nuestra naturaleza y por cómo vamos haciendo en función de lo que alguien dijo una vez. O hizo una vez. El artificio de las cosas. Hagamos una cosa: paguemos amor por daño. Así, no será ni por ti, ni por mí, ni por nadie en particular, ni por nadie en general. Será por el artificio de hacer que la naturaleza de las cosas sea siempre bella. Como tus ojos, por ejemplo. Que son como mandalas marrones y verdes.

rELACIONES


Relaciones inacabadas como estornudos interrumpidos. En el punto más álgido, algo siempre se estropea. Sin saber cómo y sin saber por qué, un día se deja todo suspendido en el aire y en el aire flota hasta que algo o alguien retoma lo inacabado para acabarlo o para no acabarlo nunca. Exacto. Exactamente como un estornudo interrumpido. O como un estornudo acabado.

mOI NON PLUS


"No paraba de llover, una fría lluvia se abatía sobre el verano como si, literalmente, fuera a apagarlo". de "Aquel sofocante verano", Eduard von Keyserling.

Me encanta el final del verano. Me encanta la melancolía que se huele en estos húmedos, grises y ya más oscuros días y que me recuerda la proximidad del otoño, el ocre de otoño. La feliz tristeza de volver a ser una seca hoja de árbol abatida por el paso del tiempo. Tú tampoco supiste hacerlo, no te culpo, nada es perenne. Moi non plus.

qUERIENDO SIN QUERER

"Ser por el simple hecho de ser y abandonar las historias abandonándose a las historias. Mirar sin querer y queriendo mirar acabar queriendo sin querer. Y, al final, sin querer, queriendo". Reflexión ebria en el Raval.

tHE FIRST KISS


What I really love are those first few hours when you are getting to know someone you've just met. Every second seems magical or you are just trying to make it be so... And then that truly magical moment happens, the first kiss. It could have happened sooner but you were waiting for the perfect moment.

lA BELLEZA DE LAS COSAS

La belleza de las cosas no se mide por la longevidad de las mismas, sino por la intensidad y variedad de emociones que te hacen sentir.

cON EL PESO DEL TIEMPO QUE PASA

"Pequeñas dosis de realidad van secando la piel donde todavía permanece tu herida. Donde todavía resides tú. Caerás como todos caen. Con el paso del tiempo que pesa. Con el peso del tiempo que pasa. Mientras, duele. Aquí, duele. Y aquí tamb
ién. Dolerá un poco más y luego sólo quedará la nada. Sólo quedará la vida. El despertar sin ti. Sin tu olor en mi almohada. Nada. No estuviste aquí. Nunca. Jamás. Me convenzo cada día. Au revoir, en francés. Quizás aún mejor, adieu, francés". Reflexión de hoy en un vagón de metro.

eL AMOR ES COMO IR EN BICICLETA

"El amor es como ir en bicicleta: mientras pedaleas ves maravillosos paisajes y te invaden un sinfín de sensaciones. Pero luego llega el primer accidente. Y el dolor. Y la reticencia a volver a montar. Y la desconfianza. Pero ello no quiere decir que no lo debas intentar de nuevo. Porque ir en bicicleta es como el amor: mientras pedaleas, te invaden un sinfín de sensaciones. Aunque la caída sea dolorosa". Reflexión en bicicleta, un día después de mi accidente.

eL DESTINO ES NUESTRA VOLUNTAD

Para que tú y yo nos encontráramos tuvieron que sucederse una infinidad de casualidades que se remontan a los tiempos de los tiempos. Al antes de la creación del universo. Quizás el universo sólo se creó para que tú y yo nos encontráramos. Quizás todas las combinaciones genéticas, todas las mutaciones, las especies, razas, guerras, quizás todos los tiempos de paz, matrimonios entre dinastías, inf
idelidades, construcciones y destrucciones, suspiros, miradas, puertas abiertas y puertas cerradas sucedieron para que tú y yo estuviéramos aquí, hoy, esta noche, el uno frente al otro. Es una visión muy egocéntrica del "nosotros", pero me gusta pensar que nadie es libre excepto tú y yo. Me gusta pensar que el mundo entero es nuestro y que todo gira a nuestro alrededor. Así que besémonos aquí, hoy, esta noche y hagamos desaparecer todo lo que nos rodea porque todo nos pertenece y su destino es nuestra voluntad. Vamos a merodear por estas calles de Barcelona borrachos de besos solos tú y yo. Sin nadie más. Porque todo ha desaparecido. O al menos eso me parece a mí cuando estoy contigo.

Archivo del blog

Seguidores