Bastó una mirada para dejarnos llevar. Abandonarnos al mundo de los sentidos. Acepté. Aceptaste. Y nos adentramos en un juego del que tú sabías como salir. Pero yo no.
Datos personales
sobre el título del blog...
No eran tres pulseras de bisutería comunes. El ruido era agudo, felino, punzante. Se metía en lo más hondo de mis oídos, viajaba hasta mi pecho y allí explotaba, dejándome sin respiración. Cada vez que escuchaba el ruido de aquellas tres pulseras de bisutería chocando entre sí en la pálida y fina muñeca de aquella mujer, mi corazón daba un vuelco y me preparaba para lo peor. Podía estar lejos, muy lejos, que yo la reconocía por el simple tintineo de aquellos abalorios.
martes, 27 de marzo de 2012
cARTA A UN DESCONOCIDO I
No me he quedado a dormir porque he entrado en pánico al sentir que podía dormir tranquilamente a tu lado, sin conocerte siquiera. No me gusta marcharme de casa de un desconocido dejándome el corazón dentro. Y contigo ya es demasiado tarde. Verás... eso que dicen que es imposible enamorarse de alguien la primera noche... es mentira. Por eso me voy. No quiero pasarme los días pensando que llamarás. Mierda. Eres realmente adorable. Gracias por darme los 400 minutos más bonitos de los últimos años. Sin conocerte siquiera.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)