Datos personales

Mi foto
Pensiero stupendo.

sobre el título del blog...

No eran tres pulseras de bisutería comunes. El ruido era agudo, felino, punzante. Se metía en lo más hondo de mis oídos, viajaba hasta mi pecho y allí explotaba, dejándome sin respiración. Cada vez que escuchaba el ruido de aquellas tres pulseras de bisutería chocando entre sí en la pálida y fina muñeca de aquella mujer, mi corazón daba un vuelco y me preparaba para lo peor. Podía estar lejos, muy lejos, que yo la reconocía por el simple tintineo de aquellos abalorios.

domingo, 23 de enero de 2011


¿Dónde estaba yo antes de conoceros? A todos vosotros, os conozco. Volvéis, como las olas vuelven a la orilla del mar. Cambiados; distintos; más mayores; arrepentidos, también, volvéis. Como las olas.
¿Dónde estaba yo antes de conocerte? Ya no seré la misma. Ya no seré como antes de conocerte. Antes de conocerte....
Antes de conocerte pensaba que tendría que ocurrir algo muy grande para olvidar. Pero no. Ahora soy la misma persona pero diferente. Diferente porque ya sé que no hacen falta muchas cosas para olvidar. No es que me hayas aportado grandes cosas, sólo eso. Sólo saber que cualquier pequeña cosa puede hacer mucho daño.
Me siento tan bien sintiendo estos sentimientos tan sanos, tan honestos y sinceros. Soy lo que soy, antes de conocerte lo era y ahora también.
Así que sí, hoy es un punto crucial en mi vida. Un punto de inflexión. Quizás el final de un crecimiento o una madurez que empezó hace mucho, antes de conocerte. Y conociéndote a ti ha terminado. Vaya, formas parte de esa historia, inevitablemente. La vida me ha llevado hasta ti para cerrar un círculo y empezar otro. Diferente, cambiada, más mayor, arrepentida.
No te voy a preguntar por qué. Vas a ser la única persona a quien no se lo pregunte. De todas, la única. Y me voy a ir. De hecho, ya me he ido.

Adiós y gracias.


miércoles, 19 de enero de 2011

qUIERO LLEGARTE

No sé cómo hacerlo.
Quizás debería dejarme llevar.
Pero todo lo calculo
para llegarte.
Estoy aquí,
quiero gritarte.
¿Cómo lo hago?
Para llegarte.
Dímelo tú, bajito,
sin enterarte.
¿Cómo lo hago?
Guíame.
Quiero llegarte.
Déjame.
Quiero. Quiero.
¿Quieres tú?
Grítalo. No lo digas bajito,
esto no.
Grítame.
Dime.
¿Quieres tú?

domingo, 2 de enero de 2011

eN EL PASILLO

Vuelvo a sentirme abandonada. Vuelvo a sentir que no pertenezco a nada ni nadie. Fuera de su dolor, fuera de habitar el dolor, no pertenezco a nadie. ¿Por qué no me hace suya? ¿Por qué no me deja entrar? Me siento perdida, ya no estoy en el dolor anterior, estoy en una esperanza, una esperanza que no me da esperanza, que sólo es esperanza en mi cabeza. Estoy en un pasillo muy estrecho, entonces. Estoy en un pasillo muy estrecho, con una puerta cerrada a mi espalda y esperando a que la puerta de delante se me abra. Que me la abra, espero que me abras esa puerta. Pero mientras espero, me asfixio. Me asfixio. Estoy llamando, ¿no lo ves? ¿No ves que estoy entre dos mundos, que este pasillo me lleva a la asfixia, a la muerte, que muero poco a poco si no me abres la puerta y me dejas entrar y me das la seguridad de pertenecer a alguien? No puedo estar sola. ¿Es que no lo ves que ya no habito el dolor, ese dolor que durante tanto tiempo he habitado y que ya no forma parte de mí, que se ha marchado sin saber cómo ni a dónde? ¿No ves que necesito algo, algo, aunque sea una mentira, la necesito, una mentira segura, una mentira que sólo la sepas tú? Engáñame. Déjame entrar y engáñame.

Archivo del blog

Seguidores