No es por ti. Ni por mí. Ni por nada ni nadie en particular. Ni por nada ni nadie en general. Todo es por la naturaleza de las cosas o, al menos, por cómo dijo alguien que tenían que ser. Y así hacemos que sean. No es por ti. Es por mí cont
igo. O por ti conmigo. O por cómo ha sido nuestra naturaleza y por cómo vamos haciendo en función de lo que alguien dijo una vez. O hizo una vez. El artificio de las cosas. Hagamos una cosa: paguemos amor por daño. Así, no será ni por ti, ni por mí, ni por nadie en particular, ni por nadie en general. Será por el artificio de hacer que la naturaleza de las cosas sea siempre bella. Como tus ojos, por ejemplo. Que son como mandalas marrones y verdes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario