Para que tú y yo nos encontráramos tuvieron que sucederse una infinidad de casualidades que se remontan a los tiempos de los tiempos. Al antes de la creación del universo. Quizás el universo sólo se creó para que tú y yo nos encontráramos. Quizás todas las combinaciones genéticas, todas las mutaciones, las especies, razas, guerras, quizás todos los tiempos de paz, matrimonios entre dinastías, inf
idelidades, construcciones y destrucciones, suspiros, miradas, puertas abiertas y puertas cerradas sucedieron para que tú y yo estuviéramos aquí, hoy, esta noche, el uno frente al otro. Es una visión muy egocéntrica del "nosotros", pero me gusta pensar que nadie es libre excepto tú y yo. Me gusta pensar que el mundo entero es nuestro y que todo gira a nuestro alrededor. Así que besémonos aquí, hoy, esta noche y hagamos desaparecer todo lo que nos rodea porque todo nos pertenece y su destino es nuestra voluntad. Vamos a merodear por estas calles de Barcelona borrachos de besos solos tú y yo. Sin nadie más. Porque todo ha desaparecido. O al menos eso me parece a mí cuando estoy contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario