No me acostumbro a pasar una noche cualquiera con alguien cualquiera. A veces intento no mirar más allá e interponer como una especie de barrera entre mi corazón y la persona que se cruza en mi camino inesperadamente. Sus ojos no me dicen nada, no me pueden decir nada. Pero me resulta muy difícil, es inevitable querer penetrar en la negrura de su pupila dilatada. ¿Qué me cuentan tus ojos de ti? Déjame entrar porque estoy deseando amar. Estoy tan vacía de todo que me cuesta no aficionarme al olor de cualquiera en una noche cualquiera. Al tacto de su pelo, al sabor de sus besos, al color de sus ojos.
Sé que no va a pasar nada más que un falseo de sentimientos durante un par de horas. No me quedaré a dormir porque no me gusta dormir con desconocidos. No. Miento. No me quedaré a dormir porque no puedo abrazarme a alguien y luego volver a mi camino como si nada. Me acostumbro demasiado al calor de los cuerpos que se cruzan en mi camino inesperadamente. Estoy tan vacía de todo que pasaré un par de semanas pensando que llamarás porque quizás me he convertido en alguien tan importante para ti, como tú para mí, aunque sólo haya sido cuestión de una noche cualquiera.
Porque estoy deseando amar.
Sé que no va a pasar nada más que un falseo de sentimientos durante un par de horas. No me quedaré a dormir porque no me gusta dormir con desconocidos. No. Miento. No me quedaré a dormir porque no puedo abrazarme a alguien y luego volver a mi camino como si nada. Me acostumbro demasiado al calor de los cuerpos que se cruzan en mi camino inesperadamente. Estoy tan vacía de todo que pasaré un par de semanas pensando que llamarás porque quizás me he convertido en alguien tan importante para ti, como tú para mí, aunque sólo haya sido cuestión de una noche cualquiera.
Porque estoy deseando amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario