Bastó una mirada para dejarnos llevar. Abandonarnos al mundo de los sentidos. Acepté. Aceptaste. Y nos adentramos en un juego del que tú sabías como salir. Pero yo no.
No eran tres pulseras de bisutería comunes. El ruido era agudo, felino, punzante. Se metía en lo más hondo de mis oídos, viajaba hasta mi pecho y allí explotaba, dejándome sin respiración. Cada vez que escuchaba el ruido de aquellas tres pulseras de bisutería chocando entre sí en la pálida y fina muñeca de aquella mujer, mi corazón daba un vuelco y me preparaba para lo peor. Podía estar lejos, muy lejos, que yo la reconocía por el simple tintineo de aquellos abalorios.
martes, 8 de febrero de 2011
mY LOVE
Mi amor no es algo que se pueda comparar ni dejar en un rincón para cuando te apetezca usarlo. Mi amor es aquí y ahora y si tú no lo quieres no me lo voy a guardar para mí misma, lo voy a regalar a alguien esta noche entre carmín rojo y aliento a cerveza.
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